El Manifiesto 03 es un vino muy singular, que plasma a la perfección lo inaudita que fue su génesis, ya que tras una situación inesperada se produjo un final feliz. Para adentrarnos en esta creación tan peculiar, hemos entrevistado a Ricardo Velasco, enólogo y director técnico de Valtravieso, para entenderlo un poco mejor.

¿Cómo surgió El Manifiesto 03?

“Este tercer vino del proyecto El Manifiesto podríamos definirlo como una tragicomedia: la parcela donde se encontraban las cepas de Tinto Fino con las que se iba a elaborar este vino sufrió un pedrisco en primavera que la destrozó. Se quedó pelada, como si la hubiéramos podado en invierno. Cuando fuimos a vendimiarla, a principios de octubre, observamos que los pocos racimos que había estaban verdes. Y, al terminar la vendimia del resto de la finca, al ir a preparar la poda, vimos que los racimos sí habían madurado, por lo que la vendimiamos en noviembre. Tras esta vendimia tardía e inesperada, provocada por una situación climatológica adversa, nació El Manifiesto 03”.

Y después, ¿cómo fue su elaboración?

“Realizamos una maceración con racimo entero durante 3 días y luego se prensó directamente, por lo que el vino fermentó sin pieles. Después realizamos una crianza de 17 meses de crianza en barrica de roble austríaco con sus propias lías. Éste es un vino muy particular porque se ha impedido la maloláctica”.

Por su color, nos puede recordar a un rosado o a un clarete… ¿En qué se diferencia?

“Técnicamente no hay ninguna diferencia”.

¿Y de un tinto?

“Los vinos tintos hacen la fermentación en contacto con las pieles y en este caso no existe este contacto”.

¿Cómo lo describirías?

“A pesar de tener 15 grados tiene mucha acidez, frescura y una sensación golosa en boca, aunque no tiene azúcar, pero al ser fruto de una vendimia tardía tiene notas que pueden recordarnos a la sobremaduración”.

¿Cuáles son sus notas de cata?

“Su color es rosado tirando a salmón, más pálido, no tan vivo como lo que cabría esperar de un tinto al uso. En nariz tiene notas frescas pero a su vez de madurez, de fruta compotada, de mermelada de tomate. Y en boca es un ataque cremoso, goloso pero fresco, nada pesado”.

¿Cuál sería su maridaje perfecto?

“Por un lado, se comporta muy bien con aperitivos tipo foie, jamón o queso, pero a la vez cuando pierde un poco de temperatura, también con postres ligeros como una tarta de queso o panacotta”.