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Por qué el páramo calizo en altitud define los vinos de Valtravieso
Reivindicamos el páramo porque es la tierra y el territorio donde nacen y crecen las uvas con las que Bodegas y Viñedos Valtravieso elabora sus vinos. Para entenderlo, hemos entrevistado a Ricardo Velasco, enólogo y director técnico de la bodega.
Ricardo, ¿qué significa “vino de páramo”?
“Como proyecto, nacimos aquí, en el páramo y en altitud. Estamos a más de 900 metros y aunque para nosotros es algo natural, que teníamos interiorizado, aporta un significado y una identidad propia a nuestros vinos y a nuestro relato. Por eso desde hace unos años lo reivindicamos especialmente”.
¿Y qué aporta la altitud?
“El viñedo que hay en altura en la Ribera del Duero es limitado. Y con los viñedos de altura está pasando como con el viñedo viejo, que cada vez se habla más de ello. Es un concepto que se ha puesto muy en boga, que nosotros llevamos trabajando desde hace años porque forma parte de nuestro ADN. Los vinos de Valtravieso no podrían entenderse sin comprender el páramo calizo en altitud en el que estamos”.
¿Qué se considera “altitud” cuando hablamos de vino?
“Es una buena pregunta, no sé si hay una normativa que lo defina. Todo es relativo: una viña de Ribera del Duero bajita está más alta que una de Rioja que tenga algo de altitud. En nuestro caso, la altitud media de Ribera del Duero puede ser de unos 750-800 metros, por lo que para nosotros, que estamos a más de 900, esto es altitud. Pero viñedo en altura hay muy poco. Nosotros nos consideramos unos privilegiados”.
¿Por qué el hecho de que sea un páramo calizo también influye en los vinos?
“Porque no en todas las zonas con altitud de la Ribera del Duero hay caliza. Solamente en el páramo de Pesquera, Valbuena y Piñel de Arriba. Y hay algo de caliza en Peñafiel, pero no tanto viñedo. En otras zonas en altura como Fuentenebro o Moradillo no hay caliza, hay más canto rodado y arcilla. Nosotros estamos en páramo calizo y tenemos todo nuestro viñedo en lo alto del páramo. Quien plantó en este páramo todo este viñedo, allá por los años 80, fue un visionario”.
De los vinos que elabora Valtravieso en la Ribera del Duero, ¿podrían considerarse todos de altitud?
“Con la excepción de Valtravieso Finca Santa María, que tiene más ensamblaje de uvas de otras zonas de toda la Ribera del Duero, el resto son todos vinos de páramo”.
¿Qué características tienen los vinos de altitud?
“Sin entrar a valorar el suelo, que también influye, en general suelen ser vinos más frescos, con una madurez más tardía y con más acidez debido a que la maduración es más lenta. La altitud corrige un poco la latitud y, si hiciéramos la equivalencia, es como si estuviéramos más al norte. Por eso el nuestro es un Tempranillo más fresco. Si añadimos a la ecuación la caliza, que aporta todavía más frescura y más elegancia, el resultado son vinos más aéreos. Por eso los vinos de altitud tienen un perfil más vertical, más profundo, no tan ancho, no tan exuberante como las zonas de la Ribera cercanas al río, que tienen más arcilla y cuyos vinos son más voluminosos”.
Dentro de la Ribera del Duero, ¿qué diferentes zonas hay?
“Deberíamos hablar de Riberas del Duero, en plural. Se simplifican mucho las diferentes zonas pero dentro de Valladolid está desde Piñel de Arriba, donde estamos nosotros, con un páramo a más de 900 metros de altitud, hasta Peñafiel, que tiene muchos viñedos a nivel del Río pero también otros que están 250 metros más altos. Es muy difícil hablar de zonas homogéneas. En Burgos, por ejemplo, hay zonas con arenas y arcillas como La Horra, con vinos muy potentes y exuberantes, hasta La Aguilera o Tubilla, con vinos súper frescos y finos. Y en la zona de Soria hay mucha viña vieja, mucha altitud y mucho frío, por lo que son vinos aún más frescos y con mucha profundidad. Es complicado hablar de una única Ribera del Duero, porque hay muchas. Y cada bodega debería tener una expresión diferente de la Ribera”.