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Aida Palomo: ‘Nuestra filosofía se basa en la mejora continua’
Charlamos con Aida Palomo, Responsable de Calidad de Valtravieso, para conocer más de cerca el día a día, los objetivos y las funciones de un departamento fundamental para la bodega.
¿Cómo y cuándo comenzó tu vínculo laboral con Valtravieso?
“Entré en abril de 2017 para hacer prácticas, ya que el consejero delegado, Pablo González Beteré, quería implementar en la bodega la norma de calidad y seguridad alimentaria IFS Food. Yo acababa de terminar el Máster de Calidad, Desarrollo e Innovación de Alimentos que realicé en Palencia. Y previamente había estudiado Ingeniería Agrícola en Burgos”.
¿Qué es IFS?
“Es un estándar de calidad y seguridad alimentaria. Implantándolo, estás asegurando una calidad y seguridad en tu producto. Para ello, hemos tenido que realizar una serie de cambios: por ejemplo, antes de comprar cualquier producto o maquinaria, botellas o corchos (sobre todo si están en contacto directo con el vino), tenemos que llevar a cabo un proceso de homologación para asegurar que el vidrio o el corcho no van a contaminar nuestros vinos”.
Todo esto os obliga a realizar mejoras continuas…
“Sí, la norma IFS consiste en eso: todos los años tenemos que poner un objetivo orientado a la seguridad del producto, otra a los trabajadores, a los clientes y al medio ambiente. IFS es un sistema que nos guía hacia la mejora continua, que va en línea con nuestra filosofía”.
¿En qué consiste exactamente tu trabajo como Responsable de Calidad?
“La calidad abarca muchísimo: desde temas de administración y papeleo o trabajo de oficina pero también de bodega, que pasa del control del agua a la gestión de residuos o a la homologación de proveedores”.
¿Qué evolución has percibido desde que comenzaste?
“Hemos mejorado mucho en temas de trazabilidad: ahora en cada botella de vino de Valtravieso podemos saber la parcela de la que viene y tenemos controlado todo el proceso, desde la uva hasta el cliente. Antes hacíamos muchos análisis pero ahora realizamos más controles que nunca: se realizan análisis desde la uva hasta el embotellado, antes del embotellado se realiza un análisis completo (sulfitos, microbiología, estabilidad…) en un laboratorio externo acreditado por ENAC y un día antes del embotellado analizamos los sulfitos y los días de embotellado, además de sulfitos, también PH y turbidez. ¡Y siempre lo catamos! Antes de embotellar y durante el proceso se cata absolutamente todo”.