Ricardo, ¡enhorabuena! ¿Cómo estás tras la buena noticia?
“Muy contento, tranquilo y agradecido. Es un importante reconocimiento de un referente en el mundo del vino como Tim Atkin que está haciendo mucho por la Ribera del Duero. Pero quiero remarcar que es un premio colectivo: sin el buen equipo que forma Valtravieso no lo hubiéramos conseguido”.

¿Por qué crees que te ha elegido a ti?
“Quizá porque llevo ya varios años en la bodega, ya que en febrero de 2023 haré 9 años. Estoy agradecido porque en Valtravieso confiaron en mí a pesar de mi juventud y soy consciente de que eso ha sido una condición de posibilidad para que yo haya podido optar a este reconocimiento. Es cuestión de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Aunque ha sido una sorpresa, porque hay gente muy buena en Ribera del Duero, y me ha elegido a mí pero podría haber elegido a otros tantos enólogos que están haciendo las cosas muy bien”.

¿Cómo valoras el trabajo que está realizando Tim Atkin en la Ribera del Duero?
“Tim es un prescriptor que lleva mucho tiempo visitando la Ribera del Duero. Y estos últimos años tiene aún más contacto con la D.O. Cata muchísimos vinos de la Ribera todos los años y hace una selección de bodegas que le interesan. Creo que es una visión bastante amplia e imparcial y en la que están representados muchos estilos: no hay solo vinos de su gusto sino también con otros enfoques más alejados de sus preferencias”.

Hace tres años, en esta entrevista, decías que vuestra meta era que Valtravieso fuera una de las bodegas de referencia de la Ribera del Duero. ¿Cómo ves ahora ese deseo con perspectiva?
“Nos estamos consolidando como una bodega de Ribera que está haciendo vinos de un perfil moderno, respetuoso con nuestras variedades y nuestra zona. Este reconocimiento es un aliciente más para seguir haciendo las cosas mejor y para no dormirnos en los laureles”.

Los vinos de Valtravieso también han obtenido muy buenas puntuaciones. ¿Cómo lo interpretáis?

“Cada año van cambiando y es lo normal. No podemos olvidarnos de que existe el efecto añada: hay añadas mejores y peores y tenemos que aceptar que la puntuación cambia. Lo que es importante es mantener esa línea, esa consistencia”.

¿Qué balance haces de estos últimos años?

“Estamos muy contentos del rumbo que está tomando la bodega, estamos consiguiendo ser una bodega consistente y cada vez más reconocida, nos estamos posicionando poco a poco. Pero aunque estamos haciendo las cosas bastante bien, todavía queda mucho por hacer, porque en la Ribera hay marcas muy potentes. No nos podemos relajar pero a base de trabajo y esfuerzo vamos a conseguir nuestros objetivos tarde o temprano. Es importante ser pacientes, es vital encontrar el equilibrio entre paciencia y urgencia. En el mundo del vino hay que ir asentando bien cada paso”. 

Uno de los últimos proyectos de Valtravieso es Viñedos Olvidados: ¿qué está suponiendo para la bodega este nuevo enfoque?

“En España hay grandes zonas vitícolas que por distintos motivos no consiguen despegar y queremos ponerlas en valor. Tenemos mucha ilusión en que esos proyectos prosperen porque es un modelo que nos gusta: la viticultura es una buena forma de aportar valor a las zonas rurales”.

¿Cuáles son los retos ahora?

“Hay que seguir trabajando… y cuando te gusta tu trabajo, como es mi caso, todo es mucho más sencillo. Todos los reconocimientos son bienvenidos y los agradecemos enormemente, pero lo importante es el trabajo y el equipo que estamos desarrollando: detrás de ese premio hay mucha gente, yo solo soy la cabeza visible pero sin todas las partes del equipo esto no tendría sentido”.