El sector vitivinícola incrementó en 2017 un 8,9% en sus exportaciones.

China lleva camino de convertirse en elDorado para las bodegas españolas. Durante los últimos ocho años, las exportaciones de vinos de nuestro país han multiplicado por 10 su valor hasta alcanzar los 190 millones de euros de facturación.

El informe sobre exportaciones realizado por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) revela que el pasado año las exportaciones a China crecieron un 25,6% en valor, hasta los 190 millones de euros, y un 48,3% en volumen, con 153,7 millones de litros, con lo que el gigante asiático se afianza como quinto comprador de nuestro país, por detrás de Alemania, Francia, Estados Unidos y Reino Unido.

El espectacular incremento en las ventas en el gigante asiático, sin embargo, «no es algo excepcional, porque se viene teniendo desde hace años», explica Rafael del Rey, director general del OEMV. Los datos corroboran sus palabras. Desde 2009, el valor de las exportaciones en ese país se ha multiplicado por diez, al pasar de los 18,1 millones vendidos hace ocho años hasta los 190 millones de euros de 2017. En volumen, el incremento es algo mayor, al pasar de 13,9 millones de litros hasta los 153 millones. Salvo en el año 2013, debido a un problema comercial entre la UE y China, en todos los ejercicios ha habido incrementos por encima de los dos dígitos.

De hecho, en el último año, el crecimiento de España ha sido mucho mayor que el de sus competidores directos, tanto en volumen como en valor. En este último caso, por encima tanto de la media como del registrado por los vinos de Francia, principal proveedor de los chinos.

De esta manera, España es en la actualidad el cuarto mayor proveedor de vino en valor a China y el tercero en volumen solo por detrás de Francia y Australia en el segundo caso y también de Chile en el primero.

Cuartos en cuota de mercado

En cuota de mercado, nuestro país se sitúa en cuarto lugar, según los datos de las Aduanas chinas facilitados por el Observatorio, con el 6,9% del total del valor de las compras realizadas por los asiáticos tras Francia, Australia y Chile -con 39,4; 26 y 11,8%, respectivamente-.

Precisamente, esos dos últimos competidores son los que amenazan de una manera más clara nuestra posición en ese país. Así, Chile y Australia están firmando acuerdos de libre comercio claramente ventajosos para sus exportaciones, cosa que en el caso de España no es fácil por su pertenencia a la Unión Europea. Desde el Observatorio del Mercado del Vino no se oculta «la preocupación» por esta circunstancia.

El consumo, al Pacífico

Pese a su importancia, el incremento porcentual de las exportaciones al mercado chino el pasado año no fue el mayor que registró el sector vitivinícola español. Las ventas a Lituania, fundamentalmente como vía de entrada a Rusia, y a Italia, por la escasa cosecha registrada en ese país, crecieron un 36,4 y un 34,2% respectivamente. Rafael del Rey destaca también el notable incremento en Canadá, un 22% de crecimiento, y México, un 23%, lo que junto a la fortaleza de China y Estados Unidos le hace concluir que «el consumo se está desplazando a los países del Pacífico, algo que es importante tener en cuenta y obliga a una acción comercial muy intensa por parte de las bodegas españolas y a entender la diferente aproximación al vino que se tiene en los distintos mercados».

Buen año para el sector

Con carácter general, 2017 fue un año de récord para la exportación de los vinos, al registrar un crecimiento en valor del 8,9% y alcanzar los 3.186 millones de euros -cifra que incluye mosto y vinagre, que aportan unos 300 millones-. El fuerte crecimiento de nuestras ventas hacia China, Canadá, Portugal, Italia, Suecia y Lituania entre otros países compensó las ligeras pérdidas sufridas en Reino Unido, Noruega, Irlanda y la más pronunciada en República Checa. La buena marcha de los vinos envasados, incluyendo los espumosos y cavas, así como el crecimiento del granel varietal explican el buen año de ventas.

Del Rey reconoce que la escasa cosecha en nuestros países vecinos ha contribuido al incremento tanto del volumen como del valor de las exportaciones, «aunque la tendencia general de los vinos españoles es a un mejor posicionamiento en el exterior, eso es algo estructural. España ya no está tan forzada a vender fuera, a exportar perentoriamente lo que no se vendía dentro porque el consumo nacional está creciendo y se han hecho cambios importantes en la estructura de producción».

Otro de los aspectos positivos del pasado año ha sido el aumento de los precios de venta fundamentalmente en los vinos a granel.

 

Vía:  Rafael Daniel, El Economista