Entrevistamos a Felipe Sanz, que además de ser el Responsable de bodega en Valtravieso, es una de las piezas fundamentales del equipo por las casi tres décadas que lleva trabajando en la bodega. 

Felipe Sanz es uno de los empleados más “longevos” de Bodegas y Viñedos Valtravieso y no por edad, sino por tiempo trabajado. Otra anécdota: es el único piñelano (nacido en el vecino municipio de Piñel de Abajo) que trabaja actualmente en Valtravieso, cuya bodega en la Ribera del Duero se encuentra en Piñel de Arriba. Y hemos charlado con él para entender sus funciones y su día a día en la bodega.

¿Felipe, en qué consiste tu trabajo?

“Es muy variado, depende de la época del año. En verano sobre todo hay que etiquetar y embotellar. Y cuando llega la vendimia, estoy en bodega encargándome de la recepción de uva. Pero ahora, en pleno otoño, me dedico a gestionar los pedidos, que consiste en preparar palés para enviar dentro de España o para exportación. Los viernes nunca sacamos pedidos, para evitar que se queden el fin de semana en el camión. Lo más complicado son los distribuidores, porque no llevan palés completos, sino cajas de diferentes referencias. Hoy, por ejemplo, he preparado la embotelladora y también estamos embotellando nuestro vino Finca Santa María. También hay muchos días que los dedicamos a organizar el trabajo de los siguientes meses. Y trabajo mano a mano con Ricardo, con David, Carlos o Aaron”.

¿Cuántos años llevas en Valtravieso?

“Desde 1994. ¡Ya han pasado 29 años y medio! Yo ya trabajaba con el anterior propietario y cuando la familia González Beteré compró la bodega, continué en el proyecto”.

¿Cómo has visto la evolución de Valtravieso durante estas décadas?

“Hemos ido creciendo poco a poco, mejorando tanto la maquinaria, que antes era más manual, como la calidad de los vinos. Y el fichaje de Ricardo, hace ya una década, como enólogo y director técnico, fue un gran revulsivo, algo muy positivo”.

¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo del vino?

“Empecé a trabajar en el campo, sobre todo en la poda en verde y poda en seco, pero como hacía falta gente para bodega me contrataron”.

¿De qué te sientes más orgulloso?

“Este es un trabajo que siempre me ha gustado y estoy muy contento, sino no estaría aquí. Pasan los días muy rápido y eso es buena señal, ¿no? Empecé en el campo y en el propio terreno lo he aprendido todo, viéndolo hacer y trabajando con los enólogos”.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

“Vendimias ya llevo muchas, por lo que ahora me gusta más la otra parte, todo lo que tiene que ver con la logística y el embotellado”.

¿Cuál es tu vino favorito?

“El que más aprecio y consumo es el Valtravieso Crianza, tanto el formato magnum como el normal. El para ocasiones especiales… Gran Valtravieso”.

¿Con qué te gusta beberlo?

“Siempre lo bebo en familia o con amigos y lo acompañamos de unas chuletillas de lechazo o chuletón, que es lo más típico de Peñafiel, el municipio en el que vivo”.

¿Cómo ves Valtravieso en el futuro?

“Espero que vaya hacia arriba, porque la estrategia está clara: apostamos más por la calidad que por la cantidad”.

¿Y la Ribera del Duero?

“Cada vez más bodegas y es una Denominación de Origen que está creciendo mucho, no sé si se está sobredimensionando…”.