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Noemí Sande: “El vino es un elemento de transmisión cultural que además puede ayudar a impulsar el desarrollo económico”
Entrevistamos a la Directora de Exportación de Bodegas y Viñedos Valtravieso, que tiene una dilatada trayectoria en el mundo del vino y que comparte con nosotros sus experiencias, su día a día y su visión del proyecto.
Noemí Sande es gallega de origen y se crió en Suiza. Estudió Traducción e Interpretación en la Universidad de Vigo y Comercio Internacional en la Universidad de Santiago de Compostela, aunque también ha vivido en Lyon (Francia), en Dublín (Irlanda) o en Bucarest (Rumanía). Allí comenzó su relación con el vino, ya que realizaba estudios de mercado sobre el sector agroalimentario. En esta entrevista, conoceremos en profundidad a la Directora de Exportación de Bodegas y Viñedos Valtravieso. ¡Sigue leyendo!
- Noemí, ¿cómo y por qué aterrizaste en el mundo del vino?
“El vino está ligado a mis orígenes. Cuando nos mudamos de Suiza a Galicia, yo tenía unos 16 años y nos fuimos a vivir a Vilagarcía de Arousa, en las Rías Baixas. Allí todos mis amigos y conocidos tenían viñedos, principalmente para consumo propio. Aunque realmente no tomé conciencia de la importancia del vino como elemento de desarrollo económico hasta que en 2006 realicé el estudio de mercado del vino para la Ofcomes de Bucarest en Rumanía. Fue justo antes de la adhesión de este país a la Unión Europea. Entonces ya contaba con muchas zonas vinícolas, pero su producción había estado enfocada hacia la venta de vinos a granel a Rusia. En aquella época, empezaban a consolidarse las inversiones por parte de grupos internacionales en ciertas bodegas para la producción de vinos de calidad, por lo que la viticultura se estaba empezando a convertir en un medio que generaba valor en un país que aún hoy en día sigue siendo número uno en superficie de terreno rural dentro de la Unión Europa. Además de ser un elemento de transmisión cultural, el vino es un elemento que puede ayudar a impulsar el desarrollo económico de ciertas regiones que anteriormente estaban deprimidas. Ahí entendí la importancia de la exportación para los vinos españoles”.
- ¿Cómo continuó tu carrera profesional tras ese primer contacto con el universo vitivinícola… hasta llegar a Valtravieso?
“A mi regreso de Bucarest, trabajé primero para HGA, elaborador de viñedos de altura en Ribeira Sacra, Rías Baixas, entre otras regiones; después en Bodegas Real, una pequeña “bodega château” en Finca Marisánchez, Montiel (Castilla La Mancha), donde el reto era mostrar la calidad de unos vinos procedentes de Valdepeñas, una región desprestigiada por los graneles. De ahí me uní a Península Vinicultores, el proyecto de los dos Master of Wine Andreas Kubach y Sam Harrop, quienes gestionan viñedos en Cuenca, Sierra de Gredos, Sierra de Gata y Rioja Alavesa. Posteriormente pasé a formar parte del grupo Bornos Bodegas & Viñedos con bodegas en Ribera del Duero, Rueda, Rioja, Navarra y Ribera del Queiles. En mi última etapa y tras cosechar una amplia experiencia en la comercialización de vinos españoles en el ámbito internacional decidí apostar por un proyecto único, diferenciador, con vinos elegantes y una producción limitada, que es Valtravieso”.
- ¿En qué consiste tu trabajo?
“Mi trabajo consiste en diseñar la ruta de acceso de los vinos de Valtravieso a diferentes mercados en el ámbito internacional. Desde la identificación de aquellos socios comerciales que queremos que nos representen, hasta darles apoyo para que den a conocer nuestros vinos en todo el mundo, mi trabajo implica planificar, contactar con muchísimas personas de diferentes nacionalidades, viajar e intentar trasladar al consumidor nuestros valores, el porqué de nuestra existencia, lo que queremos expresar a través de nuestros vinos, así como lo que nos diferencia de otros vinos de nuestra región y de otras regiones de España. Nosotros apostamos por la diferenciación, ya que cada uno de nuestros vinos procede de parcelas con una gran base de suelos calizos y con mayor o menor contenido de arcilla. Esta característica unida a la altitud a la que nos encontramos en la Ribera del Duero, a más de 900 metros, hace que nuestros vinos aporten acidez, sean por tanto más frescos y ligeros, sin perder un ápice de su estructura, lo que los convierte en vinos altamente gastronómicos, elegantes, profundos y a la vez con potencial de guarda”.
- ¿Cómo es un día en tu jornada profesional?
“Varía mucho en función del periodo del año. En épocas en las que se concentran las actividades de promoción de los vinos, mi oficina es el aeropuerto: allí trabajo con portátil y móvil, antes de llegar a mis destinos para reunirme con los clientes, amigos y personas que quieren degustar nuestros vinos en las ferias y catas. En otras épocas, mi trabajo se centra en diseñar la estrategia para dar a conocer nuestros vinos a aquellos consumidores a los que todavía no hemos llegado”.
- ¿Cómo elegís las ferias / eventos a los que asistís?
“Elegimos los eventos a los que asistimos principalmente por nuestros clientes. Nos hacemos la pregunta de a qué ferias o catas irán nuestros socios comerciales, dónde demandan nuestra presencia para apoyarles… y ahí es donde vamos. Hay un segundo criterio de elección, que es ir a aquellas ferias que cuentan con visitantes del perfil de consumidor que nosotros queremos adquirir, sobre todo en aquellos mercados en los que todavía no estamos presentes”.
- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
“Me siento afortunada por trabajar en un sector en el que disfruto de arte y cultura en forma de vino, gastronomía, paisajes, viajes y me rodeo de todo tipo de personas diferentes a mí. Es un trabajo tremendamente enriquecedor, aunque también tiene un gran sacrificio personal, pues paso a veces mucho tiempo fuera de casa”.
- ¿Qué presencia tiene Valtravieso a nivel internacional?
“Valtravieso es fuerte en Suiza, México, Países Bajos, Bélgica o China. En los últimos años hemos además crecido mucho en Centroamérica”.
- ¿Cuáles son los nuevos mercados que se tiene como objetivo apertura a medio plazo?
“Queremos reforzar nuestra presencia en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania. Vemos últimamente un fuerte crecimiento y potencial de desarrollo en Centro y Sudamérica, Sudeste Asiático y Asia Occidental”.
- ¿Qué vinos de Valtravieso gustan más en los mercados internacionales?
“En los mercados más maduros y quizás por ello también más tradicionales como Suiza, Benelux y Reino Unido el consumidor prefiere los vinos que indiquen claramente el tiempo de envejecimiento, por ello demandan con mayor frecuencia Valtravieso Crianza y Finca La Atalaya. En otros mercados donde no priman la diferenciación por Roble, Crianza y Reserva, los vinos que más gustan son nuestro Valtravieso Vino de Finca elaborado con Tinto Fino, Cabernet Sauvignon y Merlot procedente de nuestra finca La Revilla. Esto nos ocurre en Estados Unidos, por ejemplo”.
- ¿Cómo ves el presente y el futuro de Valtravieso?
“Creo que la bodega ha estado trabajando duro para dar a conocer sus vinos a nivel internacional, de ahí que cuente con una sólida base sobre la que construir para llegar a más mercados. Aunque debido a que las botellas que producimos son escasas podemos crecer en el abanico de países a los que exportemos, pero no en la cantidad de botellas que exportaremos a largo plazo. Contamos con un número de producción limitada”.
- ¿En qué retos y proyectos estáis trabajando actualmente desde el departamento de exportación?
“El principal reto es dar a conocer al consumidor final nuestra filosofía, que el consumidor final nos reconozca y nos elija en el futuro. Para ello nos apoyamos en nuestros socios comerciales, los importadores y distribuidores. Con ellos trabajamos en la activación y visibilidad de la marca en los diferentes países, sin olvidarnos de la apertura de nuevos nichos de mercado en los que queremos estar presentes”.