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Un verano de libros y vinos: “El lobo de Valtravieso” y Valtravieso Vino de Finca
En una mano, una novela negra ambientada entre viñedos en plena Edad Media. En la otra, una copa de Valtravieso Vino de Finca. Este año, damos la bienvenida al verano con un maridaje literario-enológico muy peculiar, que tiene a la Ribera del Duero como escenario.
Comienza el deseado periodo estival y, con esta nueva estación, retomamos la sección “Un verano de libros y vinos”. En esta ocasión, con un maridaje muy literario: la novela negra “El lobo de Valtravieso”, escrita por Daniel Bilbao y editada por Mongolia; y en la copa, Valtravieso Vino de Finca, fresco y profundo, idóneo para acompañar esta lectura ágil y mordaz de trama intrincada.
No queremos desvelarte mucho, porque las 468 páginas de “El lobo de Valtravieso” merecen unas cuantas horas de lectura reposada, ya sea en el patio de la casa del pueblo, en la hamaca de la piscina o a la orilla del mar. Pero allá va un adelanto: María la Gatusa embauca a Güilliam de Canford (el arquero mercenario protagonista de los seis libros de esta serie) en una búsqueda muy personal que le lleva a la Ribera del Duero en plena vendimia. Ahí está el vínculo con Valtravieso, que de manera intencionada se cuela en el guion de la novela. Unas muertes truculentas, unos misteriosos documentos desaparecidos, unos sangrientos enfrentamientos con la nobleza y el peligro constante e inminente obligan a nuestro antihéroe a echar mano de su ingenio y su bien dosificada violencia para alcanzar una sorprendente resolución sin fisuras.
Su compañero, en este maridaje estival que te proponemos, es Valtravieso Vino de Finca: un vino singular D.O. Ribera del Duero, elaborado con la mejor selección de Tinto Fino, Cabernet Sauvignon y Merlot de finca La Revilla, ubicada en el páramo calizo en altitud (a más de 900 metros) donde se encuentra la bodega de Valtravieso. En cuanto a sus propiedades organolépticas, su color es rojo picota de capa alta. En nariz, complejo y lleno de matices, con aromas de fruta roja y negra con toques florales, notas de pimienta blanca, pan tostado, café y un recuerdo balsámico. En boca, se caracteriza por tener un gran volumen y untuosidad con una textura brillante y muy buen nivel de acidez. Un vino de gran recorrido con un final envolvente, que nos deja con ganas de más, como sucede con la lectura que tenemos entre manos, que narra infinidad de situaciones descabelladas pero verosímiles que te atraparán.
Dice Ignacio Escolar de esta novela: “El arquero sin dedos nos sumerge en la vida cotidiana de los viñedos y bodegas de la Edad Media sin esfuerzo, sin épica y con mucha retranca. Aprendemos sin darnos cuenta la historia y métodos de elaboración del vino que dieron origen a las renombradas bodegas de la Ribera del Duero gracias a un relato que nos mantiene en vilo de principio a fin”.
Y aquí, en la Ribera del Duero, es donde tiene lugar la novela con la que estrenamos el estío. Y también, donde nace el vino que elegimos para acompañarla, Valtravieso Vino de Finca, de producción limitada y con un gran potencial de guarda.