¿Larraitz, cuál ha sido tu trayectoria hasta llegar a Valtravieso?

“Soy licenciada en Psicología con un posgrado en Dirección de Empresas y Marketing. Comencé mi andadura profesional trabajando en una consultora de recursos humanos que me permitió conocer con gran amplitud diferentes tipos de sectores y perfiles, lo que me llevó a querer profundizar más en el área de Marketing, no sólo en la parte de producto sino también en todo lo relacionado con los estudios de mercado y la psicología del consumidor. 

Durante esos años tuve la oportunidad de trabajar en diferentes sectores como gran consumo, belleza, entretenimiento, bebidas y espirituosos, y en la última década he centrado mi carrera en el sector del vino, donde he podido liderar varios proyectos para diferentes bodegas”.

¿Cómo es un día en tu jornada laboral?

“Ajetreado y entretenido a la vez. Tenemos proyectos abiertos que duran meses y que coordino junto con los departamentos de enología y de comercial. Además de eso, diariamente surgen temas más inmediatos que hay que atender, así como la gestión diaria con las agencias con las que trabajamos”.

¿En qué estáis trabajando actualmente desde el Departamento de Marketing?

“Tenemos varios frentes abiertos. Por un lado, trabajamos activamente para reforzar nuestro posicionamiento digital; por otro lado, trabajamos estrechamente con enología en nuevos desarrollos, de hecho, tenemos algún nuevo lanzamiento entre manos que pronto os contaremos.

Sin olvidar, por supuesto, el apoyo al departamento comercial tanto nacional como de exportación. Actualmente estamos mejorando notablemente nuestra llegada al mercado gracias a las nuevas incorporaciones en el equipo comercial tanto para el mercado nacional como para la exportación”.

¿Cuáles son las funciones del marketing en una bodega?

“El objetivo principal del departamento de marketing es velar por la salud de la marca, lo que implica estar en contacto directo con todos los departamentos, así como un trabajo diario con agencias y colaboradores.

Hay una parte esencial de estrategia que requiere mirar constantemente hacia el futuro, prever y analizar lo que vendrá y los pasos que debemos dar a corto plazo para estar allí en el momento adecuado”.

¿De qué manera trabajas con otros departamentos?

“En constante coordinación. Somos un equipo unido que refleja un proyecto sólido y en permanente evolución”.

¿Qué es lo que más te gusta del mundo del vino?

“El producto en sí. Desde que empecé en el campo del Marketing, siempre he intentado trabajar con productos que me gustaran, creo que es la mejor manera de creer en ello y transmitir mejor sus valores. El sector del vino es muy amplio y rico y, a medida que voy avanzando y teniendo más conocimiento, más me maravilla la diversidad de proyectos que existen”.

¿Qué balance haces de estos años?

“Muy positivo, ya que he podido profundizar y especializarme en un sector muy enriquecedor y polifacético. Trabajar en este campo me ha permitido no sólo crecer profesionalmente sino disfrutar mucho durante el camino”.

¿Cómo describirías Valtravieso como proyecto?

“Una joya poco conocida. Valtravieso ha pasado por varias etapas y quizás, en ciertos momentos, nos ha faltado tocar las teclas adecuadas: ese es el camino natural del aprendizaje. Pero lo importante, lo que nos hace tener un proyecto único y cualitativo, está en el terreno y en cómo se trabaja. En ese sentido, somos afortunados, porque el Páramo de Valtravieso es un enclave único, un oasis perdido en medio de Castilla, que cuidamos con mimo y que nos permite elaborar vinos con un carácter muy especial. Llegar a la bodega tiene su complejidad ya que estamos algo escondidos, lo cual tiene su encanto”.

¿Y cómo contarías los vinos a alguien que nunca los ha catado?

“Tenemos varios proyectos en el mercado. El principal, nuestra alma mater está en la Ribera del Duero y sus vinos de Páramo: son vinos de corte calizo que destacan por su frescura y aunque tienen su complejidad, son vinos para disfrutar. 

Más allá de esto, tenemos un proyecto, Viñedos Olvidados, de recuperación de viñedos y variedades que engloba otras 3 Denominaciones de Origen y la principal es Arlanza, en la zona de Covarrubias; un proyecto a más de 1.000 metros de altitud con viñedo muy viejo y pequeñas producciones que nos enamora. El proyecto con el que más me divierto son las microvinificaciones que elaboramos en Ribera como I+D, El Manifiesto de Valtravieso y sus series ilimitadas, donde junto con Ricardo Velasco, nuestro enólogo y director técnico, «trasteamos» con diferentes propuestas”. 

¿Y a alguien que conoce Valtravieso como bodega clásica de la Ribera del Duero pero no ha catado los últimos lanzamientos, como Valtravieso Vino de Finca o el proyecto de Viñedos Olvidados?

“Yo no definiría a Valtravieso como una bodega clásica: de hecho, el estilo de nuestros vinos es ahora una tendencia. Existen diferentes Riberas del Duero: la más conocida, quizá, sea la clásica que nos lleva a un estilo de vino con más cuerpo y madera, y hay otra Ribera, la nuestra, de un corte más vertical, donde encontramos frescura, finura y profundidad. Esta misma filosofía la trasladamos al resto de proyectos de las diferentes zonas donde elaboramos vino, actualmente estamos presentes en 5 D.O.

Y respondiendo a la pregunta, diría que estamos en un momento dulce en cuanto a que, conquistamos a quienes nos prueban. Proyectos como Valtravieso Vino de Finca está teniendo mucho éxito. En el caso de Viñedos Olvidados, es «otra liga», en cuanto a que es un proyecto de D.O. menos conocidas, que va dirigido a un público más concreto, conocedor y que busca vinos muy únicos”.

¿Por qué crees que Viñedos Olvidados marcó un antes y un después para Valtravieso?

“Después de mucho esfuerzo, de escuchar y trabajar con mimo nuestro Páramo, que hemos tardado años en entender bien, aventurarnos a ir a otras zonas ha supuesto un gran reto para la casa. Nuestro objetivo principal con el proyecto Viñedos Olvidados es aportar nuestro granito de arena en la recuperación de zonas y variedades, por ello, hemos elegido elaborar en zonas minoritarias, menos conocidas, localizando parcelas en riesgo de ser arrancadas y evitando que esa parte de la historia se pierda”.

¿Qué retos tenéis este 2025?

“Nos planteamos un doble reto: por un lado, crecer en exportación para poder trasladar al mundo lo que hacemos, y por otro, seguir trabajando intensamente para consolidar el mercado nacional, tanto con nuestro proyecto diferenciador en Ribera del Duero, como seguir aportando a través del proyecto recuperación Viñedos Olvidados de Valtravieso”.

¿Cómo te gustaría que Valtravieso estuviera posicionada en el futuro? ¿Y sus vinos?

“Estamos ante un cambio en cuanto a estilo de consumo de vino. Cada vez se hace más grande la brecha entre el consumo de vinos cualitativos y los vinos de bajo valor añadido. Nuestro mayor reto, a largo plazo, es ser un referente en calidad más allá de las tendencias. Tenemos vinos de gran calidad y de perfiles muy interesantes”.